Es lo que parece decir Felipe III, montado en su corcel, a los viandantes que pasean por la Plaza Mayor de Madrid, a pesar de las adversidades climatológicas de estos días...
La toma, sin más pretensiones, trata de recoger el ambiente gélido, característico de estas fechas, con una niebla muy baja que hacía que el frío calara hasta los huesos...
Me gustó el contraste de la estatua de bronce con las claras tonalidades del resto de elementos que figuran en la toma, destacando sobremanera. Por otra parte, las luces navideñas, aún colgando, parecen querer formar parte de la magia de estos días, y complementan ese blanquecino cielo, "rellenando" la mitad superior del encuadre...
Bueno, pues nada, espero que hayáis sido lo suficientemente buenos durante el año pasado para que los Reyes Magos hagan realidad vuestros deseos.
Saludos.
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