Ni Messi, ni Crisitano Ronaldo, ni Falcao... Podrán tener todos ellos todo el dinero del mundo, pero no conseguirán tener a París a sus pies... No, al menos, de la forma que nuestro particular protagonista lo hacía...
Efectivamente, este acróbata del balón tenía allí a todos los presentes boquiabiertos y a sus pies... Era increíble ver los malabarismos que hacía con la pelota, tanto en el suelo como mientras se encaramaba a lo más alto de la farola y, como podéis comprobar, ya arriba del todo... Impresionante es la palabra que mejor refleja lo que hacía nuestro personaje anónimo que, en ningún momento, dejaba que la pelota tocara el suelo, salvo para tomar un poco de aire y descansar del espectáculo que ofrecía...
No es de extrañar que consiguiera numerosas propinas tras sus actuaciones porque, ya digo, a nadie dejaba indiferente. Hay que reconocer la dificultad que su "numerito" entrañaba y hay que valer para ello... No digo que no fuera un ex profesional de algún famoso circo o incluso del fútbol, pero hay que reconocerle el mérito que tenía... Yo, particularmente, fui uno más de los que me quité el sombrero: Chapeau!
Si a ello le sumamos que el "futbolista" tenía su "sede" en lo más alto del suelo parisino, es decir Sacre Coeur, las vistas que debe contemplar desde ahí arriba deben ser envidiables, más teniendo a multitud de fans anónimos "a sus pies"...
En fin, espero que os guste tanto como a mí me encandiló con su actuación. Saludos.
Efectivamente, este acróbata del balón tenía allí a todos los presentes boquiabiertos y a sus pies... Era increíble ver los malabarismos que hacía con la pelota, tanto en el suelo como mientras se encaramaba a lo más alto de la farola y, como podéis comprobar, ya arriba del todo... Impresionante es la palabra que mejor refleja lo que hacía nuestro personaje anónimo que, en ningún momento, dejaba que la pelota tocara el suelo, salvo para tomar un poco de aire y descansar del espectáculo que ofrecía...
No es de extrañar que consiguiera numerosas propinas tras sus actuaciones porque, ya digo, a nadie dejaba indiferente. Hay que reconocer la dificultad que su "numerito" entrañaba y hay que valer para ello... No digo que no fuera un ex profesional de algún famoso circo o incluso del fútbol, pero hay que reconocerle el mérito que tenía... Yo, particularmente, fui uno más de los que me quité el sombrero: Chapeau!
Si a ello le sumamos que el "futbolista" tenía su "sede" en lo más alto del suelo parisino, es decir Sacre Coeur, las vistas que debe contemplar desde ahí arriba deben ser envidiables, más teniendo a multitud de fans anónimos "a sus pies"...
En fin, espero que os guste tanto como a mí me encandiló con su actuación. Saludos.
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